El pasado domingo, 16 de marzo de 2014, fallecia en Beas, Manuel Ruiz Bando, más conocido por todos los vecinos como Manolo Cortegana. Sobrán las presentanciones para saber de quién hablamos.
He querido traer hasta estas páginas su nombre para recordar a un"hombre bueno", definido así en el sentido amplio de esta expresión: un ser racional, honesto, conciliador, sencillo, capaz de escuchar a las gentes,... Con estos calificativos se podría definir la trayectoria política y pública de Manolo Cortegana, el primer alcalde de Beas en la nueva etapa democrática de nuestro país que se abrió tras la aprobación de la Consitución de 1978.
El día 3 de abril de 1979, cuando Manuel fue elegido Alcalde de Beas, comenzó un nuevo modelo de gestión municipal democrático, basado en el diálogo entre equipo de gobierno y la oposición de otros grupos municipales. Un modelo basado en el respecto, en saber escuchar, en respetar al adversario, en el consenso... un modelo que los beasino empezaron a descubir hace ya 35 años, y que, lamentablemente, hoy parece olvidado. Quizás por ello Manuel Ruiz fue siempre respectado por todos, sus compañeros de partido, pero también, por sus adversarios políticos (que no rivales). También, y quizás por ello, ha sido el único alcalde de Beas que en estos 35 años de ayuntamientos democráticos, ha logrado sumar votos cuando se ha presentado a la reelección, y lo hizo en dos ocasiones, en 1983 y 1987.
Gracias a todos estos valores, Manolo pudo recibir en el año 2010 la MEDALLA DE ORO de Beas, por que representaba otra manera de hacer política, diferente a la anterior, y muy distinta a la actual. Donde era fácil comprender que el voto de las urnas, es el veredicto de los ciudadanos, pero también que ese voto no era una licencia para actuar sin el respeto que merecen todos y cada uno de los vecinos. Manuel entendía que la democracia no podía existir sin el respecto absoluto a la opinión de los demás, sin la capacidad de saber escuchar. Su forma de hacer política le llevó a no desacreditar al contrincante, a no atropellarlo, a contar con el adversario para lograr el consenso, para que las cosas, las metas, perdurasen en el tiempo.
La nota triste en su funeral ha sido que, pese a estar reconocido como HIJO PREDILECTO DE BEAS, el Ayuntamiento no ha estado a la altura del protocolo exigido. No ha realizado ningún gesto público por honrar la memoria de un Hijo Predilecto de la localidad, como puede hacer cualquier ayuntamiento, o una hermandad, por ejemplo, con sus hermano de honor.
http://beasmipueblo.blogspot.se/
He querido traer hasta estas páginas su nombre para recordar a un"hombre bueno", definido así en el sentido amplio de esta expresión: un ser racional, honesto, conciliador, sencillo, capaz de escuchar a las gentes,... Con estos calificativos se podría definir la trayectoria política y pública de Manolo Cortegana, el primer alcalde de Beas en la nueva etapa democrática de nuestro país que se abrió tras la aprobación de la Consitución de 1978.
El día 3 de abril de 1979, cuando Manuel fue elegido Alcalde de Beas, comenzó un nuevo modelo de gestión municipal democrático, basado en el diálogo entre equipo de gobierno y la oposición de otros grupos municipales. Un modelo basado en el respecto, en saber escuchar, en respetar al adversario, en el consenso... un modelo que los beasino empezaron a descubir hace ya 35 años, y que, lamentablemente, hoy parece olvidado. Quizás por ello Manuel Ruiz fue siempre respectado por todos, sus compañeros de partido, pero también, por sus adversarios políticos (que no rivales). También, y quizás por ello, ha sido el único alcalde de Beas que en estos 35 años de ayuntamientos democráticos, ha logrado sumar votos cuando se ha presentado a la reelección, y lo hizo en dos ocasiones, en 1983 y 1987.
Gracias a todos estos valores, Manolo pudo recibir en el año 2010 la MEDALLA DE ORO de Beas, por que representaba otra manera de hacer política, diferente a la anterior, y muy distinta a la actual. Donde era fácil comprender que el voto de las urnas, es el veredicto de los ciudadanos, pero también que ese voto no era una licencia para actuar sin el respeto que merecen todos y cada uno de los vecinos. Manuel entendía que la democracia no podía existir sin el respecto absoluto a la opinión de los demás, sin la capacidad de saber escuchar. Su forma de hacer política le llevó a no desacreditar al contrincante, a no atropellarlo, a contar con el adversario para lograr el consenso, para que las cosas, las metas, perdurasen en el tiempo.
La nota triste en su funeral ha sido que, pese a estar reconocido como HIJO PREDILECTO DE BEAS, el Ayuntamiento no ha estado a la altura del protocolo exigido. No ha realizado ningún gesto público por honrar la memoria de un Hijo Predilecto de la localidad, como puede hacer cualquier ayuntamiento, o una hermandad, por ejemplo, con sus hermano de honor.
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